Los poemas están a la altura de los mejores lectores.
CITA (Alan Seeger).
Tengo una cita con la Muerte
en alguna disputada barricada,
cuando la primavera vuelva con susurrante sombra
y las flores de manzano llenen el aire
-tengo una cita con la Muerte
cuando la primavera traiga los días hermosos y azules
de vuelta-.
en alguna disputada barricada,
cuando la primavera vuelva con susurrante sombra
y las flores de manzano llenen el aire
-tengo una cita con la Muerte
cuando la primavera traiga los días hermosos y azules
de vuelta-.
Puede ser que me coja de la mano
y que me lleve a su tierra oscura
y que cierre mis ojos y que apague mi aliento
-quizá pase a su lado en la quietud-.
Tengo una cita con la Muerte
en alguna descarnada ladera de colina arrasada,
cuando la primavera regrese, un año más,
y asomen las primeras flores en el prado.
y que me lleve a su tierra oscura
y que cierre mis ojos y que apague mi aliento
-quizá pase a su lado en la quietud-.
Tengo una cita con la Muerte
en alguna descarnada ladera de colina arrasada,
cuando la primavera regrese, un año más,
y asomen las primeras flores en el prado.
Dios sabe que sería mejor estar bien cubiertos
en seda y ser tendidos con perfumes,
donde el amor palpita en sueño placentero,
pulso cercano al pulso, y aliento al aliento,
donde los despertares acallados son queridos…
Pero tengo una cita con la Muerte
a medianoche en algún pueblo en llamas,
cuando la primavera se encamine otra vez al norte,
y yo siempre soy fiel a mi palabra,
no faltaré a mi cita.
en seda y ser tendidos con perfumes,
donde el amor palpita en sueño placentero,
pulso cercano al pulso, y aliento al aliento,
donde los despertares acallados son queridos…
Pero tengo una cita con la Muerte
a medianoche en algún pueblo en llamas,
cuando la primavera se encamine otra vez al norte,
y yo siempre soy fiel a mi palabra,
no faltaré a mi cita.
RECLUTAMIENTO (Ewart Alan Mackintosh).
“Muchachos, se os necesita, id a ayudar”,
decía el cartel sobre la pared
del vagón y pensé
en las manos que colgaron esa llamada.
decía el cartel sobre la pared
del vagón y pensé
en las manos que colgaron esa llamada.
Civiles obesos que deseaban
“poder ir a luchar contra el enemigo”.
¿No te los imaginas, allí, agradeciéndole
a Dios tener más de cuarenta y uno?
“poder ir a luchar contra el enemigo”.
¿No te los imaginas, allí, agradeciéndole
a Dios tener más de cuarenta y uno?
Chicas con plumas, canciones vulgares,
-versos insulsos sobre las necesidades de Inglaterra-,
Dios -y sabemos condenadamente bien
cómo debería rezar el cartel-
-versos insulsos sobre las necesidades de Inglaterra-,
Dios -y sabemos condenadamente bien
cómo debería rezar el cartel-
“¡Muchachos, se os necesita! allí”,
temblando en el rocío de la mañana,
más pobres diablos como vosotros
esperando a que los matéis.
temblando en el rocío de la mañana,
más pobres diablos como vosotros
esperando a que los matéis.
Id y ayudad a engrosar las listas
con los nombres de los muertos.
Id a ayudar a completar una columna
a los malditos periodistas.
con los nombres de los muertos.
Id a ayudar a completar una columna
a los malditos periodistas.
Id a mantenerlos bien a salvo
del malvado enemigo alemán.
¡No dejéis que el venga aquí!
“Muchachos, se os necesita -allá vais”.
del malvado enemigo alemán.
¡No dejéis que el venga aquí!
“Muchachos, se os necesita -allá vais”.
*
Hay una palabra mejor que aquella,
muchachos, ¿y no podéis oír la pronunciada
por la boca de un millón de hombres que reclaman
que compartáis su martirio?
muchachos, ¿y no podéis oír la pronunciada
por la boca de un millón de hombres que reclaman
que compartáis su martirio?
Dejad que las putas sigan cantando
canciones cómicas sobre el enemigo,
dejad que los viejos gordos digan
que ahora los tenemos huyendo.
canciones cómicas sobre el enemigo,
dejad que los viejos gordos digan
que ahora los tenemos huyendo.
Mejor veinte años honestos
que toda una vida sombría.
Muchachos, se os necesita. Venid a aprender
a vivir y a morir con hombres honestos.
que toda una vida sombría.
Muchachos, se os necesita. Venid a aprender
a vivir y a morir con hombres honestos.
Aprenderéis lo que pueden hacer los hombres
si sólo pagáis el precio,
aprenderéis el júbilo y la fortaleza
que hay en vuestro solicito sacrificio.
si sólo pagáis el precio,
aprenderéis el júbilo y la fortaleza
que hay en vuestro solicito sacrificio.
Arriesgaos a la vida o a la muerte
bajo el cielo abierto.
Vivid limpiamente o apagaos rápido
-muchachos, se os necesita. Venid a morir-.
bajo el cielo abierto.
Vivid limpiamente o apagaos rápido
-muchachos, se os necesita. Venid a morir-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario