lunes, 21 de noviembre de 2016

Yves Bonnefoy: “No somos sino un mero destello” | Cultura y vida cotidiana

Yves Bonnefoy: “No somos sino un mero destello” | Cultura y vida cotidiana



Entrevista realizada por Didier Jacob

Uno de nuestros más grandes poetas confiesa, al referirse a varios libros suyos de reciente aparición, su deuda con Julio Verne, y evoca su pasión juvenil por el surrealismo.
Nacido el 24 de junio de 1923 en Tours, Yves Bonnefoy es autor de numerosos libros de poesía, de ensayos sobre poesía y pintura, y de traducciones (especialmente Shakespeare y Yeats). Es profesor honorario en el Collège de France.
Desde su oficina en esa institución, Bonnefoy ordena sus asuntos, que son los de la poesía. De todo el mundo le llegan solicitudes de colaboraciones, propuestas para reeditar libros suyos (como su primer libro de poemas: el hermoso Corazón-espacio) con nuevos y largos prólogos, así como para traducir su colección más reciente: La larga cadena del ancla, en la que, mago sin varita mágica, nuestro discreto profesor convierte en oro lo que describe. ¿Bonnefoy es una gran poeta? He aquí por qué.
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Fotografía cortesía de Milenio

—Para comenzar, ¿por qué prefiere, en general, responder por escrito las preguntas de los periodistas?
—Porque eso me permite decir lo que pienso. La simple conversación es demasiado rápida, incita las ideas, los argumentos que uno ya tiene dispuestos en la mente, y al manejarlos se desgasta lo que podría revelarse con un poco más de tiempo para la reflexión. Yo padezco de aquello que Voltaire llamaba “el sentimiento de la escalera”, es decir, pienso en lo que debería haber dicho cuando ya no puedo decirlo. Y, sobre todo, creo, como Cézanne, que la verdad está en el matiz.
—Usted proviene de un medio modesto, de una familia de maestros, para ser más precisos. ¿Nos podría hablar, brevemente, acerca de su padre, cuyo recuerdo parece estar asociado, según lo que usted escribe en la introducción al Tratado del pianista, al recuerdo de Julio Verne?
—Mi madre era maestra, hija de un maestro de pueblo, por lo que de su lado había un cierto hábito por la palabra escrita. Pero mi padre era un obrero, lo que a él le daba, me temo, la sensación de no pertenecer al mismo mundo, e hizo que se retrajera un poco de la vida familiar, no sin cierta tristeza. Yo lo veía regresar del trabajo, silencioso. Me parece que imaginaba que ni siquiera el niño que yo era podía hablar con él. Y es por eso que, como he escrito recientemente, ha significado tanto para mí Los hijos del Capitán Grant, la magnífica novela de Julio Verne. En ella, falta el padre. Ha naufragado en una playa desierta, en las antípodas, y sus hijos —en especial Robert, el varón— quieren encontrarlo, pero es difícil porque el mensaje que él ha enviado dentro de una botella se ha borrado por el agua del mar y sólo es parcialmente legible. Yo me identifiqué con esa situación, quería recuperar a ese padre aislado en su silencio, y como el mío habría de morir al poco tiempo, creo que una de las razones por las que escribo, y para escribir como lo hago, se debe a mi deseo de darle la palabra, de hacer que él hable a través de mí.
—Usted creció en un “medio con pocos libros”, libros que sin embargo muy pronto hicieron que percibiera, como tan hermosamente lo ha escrito, una “irisación” en el contorno de las palabras. ¿Puede ser más específico? ¿Qué libros lo marcaron de niño?
—No me quejo de no haber crecido en un hogar con muchos libros. Es cierto que había muy pocos en casa de mis padres o, en todo caso, pocos libros que fueran dignos de ese nombre, pero por ese mismo hecho cada uno de ellos tenía la capacidad de desplegar sin restricción su naturaleza, en cuyo seno se descubría un segundo nivel de la palabra. Que un libro baste para llamar la atención de un niño en la infancia, y que gracias a él sus palabras se ensanchen, se vuelvan más profundas, se conviertan en el medio para soñar una realidad distinta de la ordinaria, es una experiencia metafísica que los grandes libros de la literatura, fuentes de otras preocupaciones, no permiten como tal. Leí poco en la infancia, ni una línea de los libros clásicos de esa edad; Alejandro Dumas, por ejemplo, sigue siendo desconocido para mí, y yo estaba feliz de leer poco, de quedarme con unos cuantos libros, breves y modestos, que el azar me había proporcionado. Quizás yo haya llegado a pensar, siempre con el recuerdo de mi padre en mente, que en ese tipo de libros se encontraba él, allá en su isla, abandonado, enviando cartas. Pero pronto comencé a leer también poesía, porque también ella me permitía presentir otro nivel de realidad.
—Usted ha publicado, en Tratado del pianista, varios escritos antiguos, de filiación surrealista. Uno de esos textos, “El corazón-espacio”, escrito en 1945, sorprende por su pasión, por su fulgor. Usted recuerda bajo qué circunstancias precisas lo escribió?
—Sí, era el final de la guerra, el descubrimiento de la magnitud del desastre. Era evidente que el discurso social predicado durante siglos había sido poco más que ilusiones y embustes; y por otra parte había aprendido de André Breton y de Max Ernst a cuestionar de manera radical la realidad cotidiana. El entusiasmo  que usted advierte es el de quien hace tabula rasa. Sin embargo, para lograr la renovación de la relación con uno mismo no basta con que el espíritu la sueñe, y por lo que a mí toca, en esas páginas veo sobre todo la irrupción de conflictos, carencias y dramas por los que había tenido que pasar en los años anteriores.
¿Pasión, fulgor? Es cierto que es emocionante tener tanto por hacer y, además, yo acababa de descubrir lo que ocultaba el surrealismo, que quiere soñar más que vivir: a saber, que hay un ritmo en las palabras que puede tener prioridad sobre su sentido, revolucionarlas y, a través de su desorden, revelar la verdad. El ritmo para provocar una ola de imágenes y cambiar la vida. El ritmo, esa fue mi liberación, en ese “espacio-corazón”.
—Usted había frecuentado a los surrealistas. ¿Qué fue lo que le atrajo de ese movimiento? ¿Recuerda sus reuniones con André Breton?
—Lo que me atrajo del surrealismo fue su empleo de aquella frase imperativa de Rimbaud, “cambiar la vida”. Pero proclamar es también exponerse a la crítica, y muchos de los que llegaron al surrealismo en los años posteriores a la guerra no podían dejar de ver que la manera de vivir de los mayores estaba muy por debajo de esa gran exigencia. Del movimiento en el que deposité mi confianza retengo la lucidez política del Breton de entreguerras, y ese instrumento: la imagen que agrupa las palabras de una manera a veces tan novedosa que su sentido se altera, y entonces emerge una realidad profunda, no desecha. La imagen que hace caer las barreras entre el inconsciente y la conciencia, algo tan necesario y que tan rara vez se practica hoy en día.
—De allí que haya publicado, bajo el sello de Mercure de France, esa colección de textos antiguos. ¿Diría usted que su poesía, con los años, se ha acercado a lo esencial?
—¿Qué es lo esencial? Mantenerse en contacto con los deseos, con los sentimientos de ese ser que sabemos mortal, un mero destello y que, por ende, puede retomar su lugar en la luz. Dicho de otra manera, se trata de anteponerse al “yo”, que no quiere saber de este tipo de conocimientos. ¿Acaso me he acercado a esa hondura que la poesía designa? Evidentemente no. Pero veo en las páginas del último libro que no puedo impedir que formen parte de mi voz seres de los que no sé nada, hombres y mujeres. Y tengo la impresión de pasar a un nivel por debajo del cual el yo opera sus síntesis y se encierra en sí mismo, es decir, en su quimera.
—Usted escribe, en La larga cadena del ancla: “¿La escritura de poesía? La tierra bajo nuestros pies, pero empapada como después de la tormenta, cruzada por la huella de grandes ruedas que han pasado y se han alejado. Tierra llena de surcos de la cual ascienden breves destellos”. Magnífica definición, arraigada en la tierra a un grado extremo. ¿La poesía es más tierra que cielo?
—¡Sin duda!, puesto que se trata de emplear palabras y cada palabra se refiere a un aspecto o elemento de la tierra, nuestro lugar. El cielo no es sino una parte de la tierra. Lo valoramos por esas nubes cuya variedad de colores lo convierten en una región de la tierra en el cielo. O porque se refleja en un charco. Y si bien es infinito las hojas de un árbol son también un infinito del mismo poderío. Si yo fuese un creyente, colocaría mis dioses en un árbol, en un arroyo, o en un enjambre de abejas, como los griegos. O en la delgada capa de agua de un charco que se evapora.
—¿Quiénes son los poetas, entre aquellos que lo han acompañado a lo largo de su vida, por los cuales siente usted un afecto especial?
—Me hace una pregunta a la que no puedo responder con pocas palabras. Pero subrayo la palabra afecto, porque de eso es de lo que se trata. En primer lugar, los poetas que cuentan, cuentan por el afecto que uno siente por ellos. Es a partir de un sentimiento de este tipo, irracional, que uno siente la necesidad de conocerlos mejor y que uno puede aprender sobre ellos. Y posiblemente se me dirá que esa no es la mejor manera de apreciar una obra, porque uno se vincula más a aquellos que sufren o son débiles que a los que son fuertes y felices, y que no obstante también escriben. Pero la poesía no está precisamente del lado de los que tienen éxito. La transgresión de las representaciones del mundo que el poeta debe llevar a cabo, de esos velos con que lo cubrimos, pasa primero a través de la persona del poeta, no sin desgarrarlo, ya sea que lo manifieste o que lo oculte, ya sea que busque la felicidad o no, que sepa o no sacar provecho de lo que el azar de la vida le propone. ¿Quién me gusta entre los poetas? Aprovecho la oportunidad que usted me ofrece para destacar una vez más el nombre de Pierre-Albert Jourdan,1 cuyas páginas me estremecen.

Publicado originalmente en Le Nouvel Observateur, el 26 de junio de 2008.



1 En vida, Pierre-Albert Jourdan (1924-1981) fue un poeta secreto, salvo para un pequeño grupo de amigos en el que figuraban poetas tan importantes como el propio Bonnefoy (con quien compartía el amor por la naturaleza y por la pintura), René Char, Philippe Jaccottet y Roger Munier. Tras su muerte, a causa de un cáncer pulmonar, se publicó el conjunto de su poesía en dos volúmenes.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Quiñón | Sucos: blog de Dores Tembrás

Quiñón | Sucos: blog de Dores Tembrás



Quiñón

by dorestembras
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O ano pasado comezou a traballar comigo, no curso online de Apiario, un home de mar. Joaquín.
Confeso que a miña relación co mar sempre foi distante dende o punto de vista poético, apenas hai referencias, e si un gran descoñemento. Asi llo dixen cando se matriculou.
Confeso que neste encontro vin a posibilidade de achegarme a el de forma ben distinta.
Sen sabelo iniciaba daquela a miña primeira maré. Unha tripulación de 18 homes en procura de peixe espada. O diario de a bordo de Joaquín mantíñame en vilo de venres a venres. Ía sabendo das venturas e desventuras dun dos traballos que máis respeto me infunden. A soidade xunto a Valente, Cortázar e Angueira mentres se largaba o palangre. Con urxencia agardaba saber da vida cotiá no barco, e así puiden escoitar aquel mar tan outro, preto da Illa de Pascoa mentres Joaquín recitaba o exercicio da semana.
Non me resisto aquí a rexistrar apenas tres apuntamentos  da bitácora que me achegaba cada venres:
26 de Marzo de 2016
Diario de a bordo:
A poesía manténme enteiro nas longas navegacións froito dunha nefasta
quincena. O vento arreméxenos. A esperada Lúa quedou sin efecto coa presenza
do cantor dos estáis. Duas semanas de fortes brisas agocharon ós peixes
espada. Obrígannos a percorrer milleiros de millas entre a dúbida e a
espranza. As orcas tamén fixeron o seu. Este maxestuoso animal, cando nos
visita, faise dono da mesa. Nos anzois non recollemos máis que as gerlas do
peixe. A súa intelixencia é tan extraordinaria que nada podemos facer máis
que marchar e escapar delas. Cando atopan o noso aparello percórreno,
anzoi por anzoi, como uns turistas no bufete dun hotel. O traballo, con
elas ó carón do barco, é totalmente aciago. Son as raíñas e nos os intrusos.
Continuamos navegando cara ó sur de Chile, polo medio do mar, entre as illas
de Juan Rodriguez e Pascua.

2 de abril de 2016
Diario de a bordo:
Previsión de temporal para o día 6. Bailaremos. Lembranzas. Dous meniños
xogábamos na chabola onde nosa nai ataba as redes xunto con outra ducia de
atadeiras. O noso avó entrallaba os panos no chumbeiro e na cortizada. Fora
era inverno, chuvía forte no vidro das fiestras. Dentro era gardería. A
pilla de volantas era peirao, as canastras de láminas de madeira, barcos.
Todas tiñan nome. Atracábamos para saltar a bordo e saír para o mar. O avó
retrasaba moitas saídas. Había que encher as agullas de entrallar sen
deixalas frouxas. As de atar enchíallas a avoa. Súas mans voaban mentres seu
audífono atendía ós amoríos mariñeiros das atadeiras mozas. A nosa nai có
radio de lámparas tentando sintonizalo. Era a única maneira de saber algo do
noso pai. Era a hora de pousar as agullas e as redes para escoitar ós barcos
falar entre eles. Era a proba da normalidade entre as ondas. O silencio. As
interferencias na frecuencia. A borrasca batendo na costa. O avó dándolle
voltas a boina. Nos, ausentes, salvando unha galerna dentro da canastra. O
avó reclámanos para si mesmo. A voz do noso pai soa forte, grave. A nosa Nai
chora. O Avó, "están ben raparigha". "Están ben, oise tranquilo", a nosa Nai
ríe. As atadeiras nomean ós noivos que están a bordo. Volta a gardería. As
atadeiras cantan un alalá. O avó refunfuña. Clase de matemáticas: a contar
mallas.
TODO O TEXTO AQUÍ

sábado, 12 de noviembre de 2016

Poesía — Piedad Bonnett

 http://www.piedadbonnett.co/poesia/







LAS CICATRICES 

No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son  las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas. 
Piedad Bonnett

LA MUY PERRA

En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad
Es -pareciera decirnos-
un acto de justicia
una manera sana
de respirar en medio del fastidio
de no ofrecer la otra mejilla
Pero
¿qué tal si optamos por la benevolencia
por ir limpios y ufanos
celestiales?
Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre bilis negra y tu soberbia.

En el mar con Suzanne, de Pedro Ferrandez, In Memoriam

En el mar con Suzanne.
Ahora estará, por fin caminando sobre las aguas, lo que les sucede a todos aquellos que han llevado el amor por bandera. Cohen ha muerto vestido con su elegante traje, que parecía siempre raído y viejo, pareciera que había nacido con él. Solo en algunas fotos antiguas parece moderno, parecía que vivía su época, allá por los años sesenta. Desde hace mucho tiempo como si de una señal de respeto a sus seguidores se tratase se puso el traje y siguió igual de rebelde. Suzanne lo está llevando hasta el río, ese río al que le tenía veneración, pero no miedo. Estaba preparado para cruzarlo aunque hace poco confesara que había exagerado entre risas.
Con en el tiempo se fue arrimando al micrófono y su voz se hizo más ronca e íntima. Cuando Marianne se murió le escribió una carta de amor, donde quieras que estés Marianne si extiendes tu brazo me tocarás, me acariciarás. “Hasta la vista, Marianne, es hora de que empecemos a reír y a llorar y llorar y reír con todo esto otra vez”. Cohen permanecía atado una piedra  por una tela de araña, fina y frágil como el amor si no se cuida.
Tardé en apreciarlo,una canción aquí otra allá, pero llegué, como se llega a las personas que valen la pena, como se llega a los poetas, a los artistas. Esos que nos van dejando migas de pan para encontrar el camino, para ayudar a nuestra memoria a recordar quienes somos. ¿Qué sería de nosotros sin esos rastros de los que habitaron esta tierra, sin señales? Él fue un pájaro en los cables(Bird On The  Wire), que intenta a su manera ser libre. Solo sus palabras contenían la violencia necesaria para despertarnos, para sacudirnos. Para eso solo hace falta susurrar. Despertó a nuestro Federico como si fuese suyo más que nuestro. Una de sus hijas se llama Lorca. Lorca Cohen, parece un verso. Nos habló del flamenco en su maravilloso discurso del Premio Príncipe de Asturias. Para qué escribir poemas si con las canciones llego antes a la gente. Esta máxima de Lennon la llevó él a su máxima expresión y calidad. No sabría decir si es más poeta que cantante. “En la casa del misterio no había nadie, no había nadie”.
Llevo todo el día, desde que amanecí con la noticia, intentando despedirlo, retenerlo, porque sé que un mensajero se ha ido y que hoy el mundo es algo peor. No está el horno para borrar huellas, para que los rastros de ciertas palabras se borren. Esas huellas que nos anunciaban el final del amor al que solo el baile parecía ser un buen transporte: “Llévame bailando hacia los niños””Llévame bailando a la boda” “hasta tu belleza””hasta el final del amor” y por consiguiente hasta la muerte.
Así, después de tanta hazaña, vino la Muerte a llamar su puerta y todos nos hemos muerto un poco. Hoy llovieron muchas muertes, será que el futuro es un crimen. Él nos adelantaba que “caerá en pedazos el antiguo código occidental, toda vida privada explotará  de repente”. Será eso, descansa en paz poeta.
Epitafio: “Pero el amor es el único motor para sobrevivir”
PEDRO FERRANDEZ


Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by, you can spend the night forever
And you know that she's half-crazy but that's why you want to be there
And she feeds you tea and oranges that come all the way from China
And just when you mean to tell her that you have no love to give her
Then he gets you on her wavelength
And she lets the river answer that you've always been her lover
And you want to travel with her, and you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body with your mind
And Jesus was a sailor when he walked upon the water
And he spent a long time watching from his lonely wooden tower
And when he knew for certain only drowning men could see him
He said all men will be sailors then until the sea shall free them
But he himself was broken, long before the sky would open
Forsaken, almost human, he sank beneath your wisdom like a stone
And you want to travel with him, and you want to travel blind
And you think you maybe you'll trust him
For he's touched your perfect body with her mind
Now, Suzanne takes your hand and she leads you to the river
She's wearing rags and feathers from Salvation Army counters
And the sun pours down like honey on our lady of the harbor
And she shows you where to look among the garbage and the flowers
There are heroes in the seaweed, there are children in the morning
They are leaning out for love and they wil lean that way forever
While Suzanne holds her mirror
And you want to travel with her, and you want to travel blind
And you know that you can trust her
For she's touched your perfect body with her mind

domingo, 6 de noviembre de 2016

Poesía Norteamericana: Pedro Pietri

Círculo de Poesía | Poesía Norteamericana: Pedro Pietri

Pedro Pietri


Preseentamos el poema Obituario de Puerto Rico del poeta Pedro Pietri (1944-2004) en la versión de Moisés Villavicencio Barras. Pedro Pietri nació en Ponce, Puerto Rico en 1944, y creció en Harlem, Nueva York. Durante los 70 estableció el Café de Poetas Nuyorican.

Puerto Rican Obituary fue leído por primera vez en 1969, en una marcha a favor de Young Lords Party, una organización antiimperialista latina en Nueva York.
    Como el partido de las Panteras Negras, los miembros del grupo eran activistas de la comunidad que tenían demandas tales como casa accesible a precio justo y seguro de salud. Ofrecían programas de desayuno gratis para niños. Los Young Lords, establecieron su militancia entre la comunidad  por medio de un programa que llamó a dar fin a la intervención de Estados Unidos en Vietnam y en otros lugares; también convocaron a la liberación del Tercer Mundo, al final de la opresión de los pobres y gente de color y a la formación de una sociedad socialista. Los Young Lords fueron destruidos por las provocaciones del gobierno en la mitad de los años setenta. Pedro Pietri continuó su vida como activista radical y poeta. Para él estos dos papeles eran similares. Ayudó a fundar y sostener el Nuyorican Café, un centro famoso aclamado por apoyar el arte y la literatura de protesta.
    Pedro Pietri nació en Ponce, Puerto Rico en 1944, y creció en Harlem, Nueva York. Después de la secundaria, fue enlistado en el ejército de los Estados Unidos para combatir en Vietnam. Pietri regresó al país como un feroz opositor a la guerra y al sistema.  “Comprendí quién era el enemigo verdadero, y no se trataba del Vietcong en sus pijamas negras, sino de los mercenarios que invadieron su patria.” Obituario de Puerto Rico fue publicado primero en una colección de sus poemas con el mismo título por Monthly Review Press en 1973, junto con otros volúmenes de poesía. Pedro Pietri murió de cáncer a los 59 años el 3 de marzo de 2004.



Obituario de Puerto Rico

Trabajaron
Llegaron siempre a tiempo
No llegaron tarde nunca
Nunca respondieron
cuando los insultaron
Trabajaron
No descansaron nunca
no estaba en el calendario
Nunca hicieron huelga
sin autorización
Trabajaron diez días a la semana
y sólo recibieron el pago por cinco
Trabajaron
Trabajaron
Trabajaron
y murieron
Murieron pobres
Endeudados
Murieron sin saber
cómo luce la entrada principal
del National City Bank

Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos murieron ayer hoy
y morirán otra vez mañana
pasando sus acreedores
a sus próximas generaciones
Todos murieron esperando
a que el jardín del edén
se abriera otra vez
bajo una nueva administración
Todos murieron
soñando con América
despertándolos en medio de la noche
gritándoles: Mira Mira
Tu nombre aparece en el boleto ganador de la lotería
Cien mil dólares
Todos murieron
odiando los supermercados
que les vendieron falso bistec
arroz y frijoles a prueba de balas
Todos murieron esperando soñando y odiando
Puertorriqueños muertos
Quienes nunca supieron que eran Puertorriqueños
Quienes nunca tomaron un descanso para el café
desde los diez mandamientos
Para ASESINAR  ASESINAR ASESINAR
a los caseros de sus cráneos abiertos
y comunicarse con su almas latinas

Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
de las que calles nerviosas y rotas
donde los ratones viven como millonarios
y la gente no vive de ninguna manera
Están muertos y nunca estuvieron vivos

Juan
murió esperando ganar la lotería
Miguel
murió esperando a que su cheque de asistencia social
llegara una y otra vez
Milagros
murió esperando  que sus diez hijos crecieran
para ya no trabajar y que la mantuvieran
Olga
murió esperando por un aumento de cinco dólares
Manuel
murió esperando que su supervisor cayera muerto de súbito
para conseguir su promoción

Es un largo trayecto
desde el barrio latino de Harlem
al cementerio de Long Island
donde fueron cremados
Primero el tren
y luego el autobús
y rebanadas de carne fría como desayuno
y las flores que serán robadas
cuando las horas de visita se terminan
Cuesta muy caro
Cuesta muy caro
Pero ellos entienden
Sus padres entendieron
Es un largo trayecto sin ganancias
desde el barrio latino de Harlem
al cementerio de Long Island

Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos murieron ayer hoy
y morirán otra vez mañana
Soñando
Soñando en Queens
Limpia podada blanca azucena vecindad
sin puertorriqueños
Treinta mil dólares por una casa
La primera habitada por spics* en la cuadra
Orgullosos de pertenecer a una comunidad
de gringos que los quieren linchar
Orgullosos de sentirse lejos
De la sagrada frase: Qué pasa

Estos sueños
Sueños vacíos
desde los cuartos imaginarios
que sus padres les dejaron
Son los efectos secundarios
de programas de televisión
acerca de la familia ideal americana
con sirvientas negras
y  limpiadores latinos
bien entrenados
para hacer a cada persona
y sus acreedores
reírse de ellos
y a la gente que ellos representan

Juan
murió soñando con un coche nuevo
Miguel
murió soñando en programas para combatir la pobreza
Milagros
murió soñando con un viaje a Puerto Rico
Olga
Murió soñando con alhajas verdaderas
Manuel
Murió soñando con ganar lotería instantánea

Todos murieron
Como muere un sandwich
En el distrito de las maquiladoras
A las doce en punto de la tarde
Números de seguro social hechos cenizas
Deberes de unión que desempolvar

Ellos lo sabían
nacieron para llorar
y mantener a los muerteros ocupados
siempre y cuando prometieran fidelidad
a la bandera que los quiere arruinados
Vieron su nombre en la lista
del directorio telefónico de la destrucción
Fueron entrenados para dar la otra mejilla
por los periódicos
que mal escribieron que mal pronunciaron
y mal entendieron sus nombres
y celebraron cuando la muerte vino
y se robó su último boleto para la lavandería

Ellos nacieron muertos
y murieron muertos

Es tiempo
de visitar a la hermana López otra vez
la mejor curandera
y lectora de cartas
en el barrio latino de Harlem
Ella puede comunicarse
con tus ancestros
por un costo razonable
Las buenas noticias son una garantía

Levántate Mesa Levántate Mesa
la muerte no es tonta y discapacitada
Aquellos que te aman quieren saber
el número correcto para poder jugar
Déjaselos saber ahora mismo
Levántate Mesa Levántate
la muerte no es tonta y discapacitada
Ahora que tus problemas acabaron
y el peso del mundo no está en tus hombros
ayuda a aquellos que dejaste atrás
encuentra la tranquilidad financiera de tu mente

Levántate Mesa Levántate Mesa
la muerte no es tonta y discapacitada
Si adivinamos el número correcto
Nuestros problemas desaparecerán
y visitaremos tu tumba
En cada día de descanso marcado en el calendario

Aquellos que te aman quieren saber
el número correcto que deben jugar
Déjaselos saber ahora mismo
Sabemos que tu espíritu es capaz
La muerte no es tonta y discapacitada
LÉVANTATE MESA LÉVANTATE

Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos murieron ayer hoy
y morirán otra vez mañana
Odiando luchando robándose
el uno al otro sus propias ventanas rotas
Practicando una religión sin techo
El viejo testamento
El nuevo testamento
de acuerdo con el evangelio
de los ingresos internos
el jurado el juez y el ejecutor
protector y eterno cobrador de recibos

Mierda de segunda mano en venta
aprende a decir Cómo está Usted
y harás una fortuna
Ellos están muertos
Ellos están muertos
y no regresarán de la muerte
hasta que terminen de negar
El arte de su diálogo
de las lecciones rotas de inglés
para impresionar a los señores Goldsteins
que los emplea
como lavaplatos mensajeros porteros
empleados de fábrica sirvientas empacadores cajeros
repartidores asistentes carteros
asistentes del asistente del asistente
del asistente del asistente
del lavaplatos y sonrisa automática de portero automático
por los sueldos más bajos de todos los tiempos
y rabias cuando demandas un aumento
porque es en contra de las políticas de la compañía
promover SPICS SPICS  SPICS

Juan
murió odiando a Miguel
porque su carro usado
estaba en mejores condiciones
que el suyo
Miguel
murió odiando a Milagros
porque Milagros tenía una televisión de colores
y él no tuvo lo suficiente para comprar una
Milagros
murió odiando a Olga porque Olga ganaba
cinco dólares más que ella en el mismo trabajo
Olga
murió odiando a Miguel
porque  ganó la lotería más veces que ella
Manuel
murió odiando a todos ellos
Juan
Miguel
Milagros
y Olga
porque todos ellos hablaron inglés con
mayor fluidez que él

Y ahora todos ellos están juntos
en el vestidor principal de los desaparecidos
Adictos al silencio
fuera de los límites del viento
confinados a la supremacía de los gusanos
del cementerio de Long Island
Está es la vida después de la muerte
que la canasta  protestante de limosna
anunciaba orgullosa y sonora

Aquí descansa Juan
Aquí descansa Miguel
Aquí descansa Milagros
Aquí descansa Olga
Aquí descansa Manuel
quienes murieron ayer hoy
y morirán otra vez mañana
siempre pobres
siempre endeudados
sin saber nunca
que son gente bella
sin saber nunca
la geografía de su complexión

PUERTO RICO ES UN SITIO BELLO
LOS PUERTORRIQUEÑOS SON UNA RAZA BELLA

Si sólo
hubieran apagado el televisor
y sintonizado su propia imaginación
si sólo hubieran
usado las biblias de la supremacía blanca
como papel higiénico
y hubieran hecho que sus almas latinas
la única religión de su raza
si sólo
hubieran regresado a la definición del sol
después de la primera tormenta de nieve mental
en el verano de sus sentidos
si sólo
hubieran mantenido los ojos abiertos
en el funeral de su compañero de trabajo
que vino a este país para hacer una fortuna
y fue enterrado sin ropa interior
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
estuvieran haciendo sus propias cosas
donde la gente bella canta
bailan y trabajan juntos
donde el viento es ajeno
a las condiciones miserables del tiempo
donde no necesitas un diccionario
para hablar con tu gente
Aquí se habla español todo el tiempo
Aquí saludas a tu bandera en primer lugar
Aquí no hay comerciales de jabón Dial
Aquí todo mundo huele bien
Aquí la comida congelada no tiene futuro
Aquí las mujeres y los hombres admiran el deseo
Y nunca se cansan de ellos  
Aquí Qué pasó Power está sucediendo
Aquí ser llamado negrito
Significa AMOR




Spics, termino derogatorio para nombrar a los hispanos.
El poema de Pedro Pietri y la nota biográfica aparecieron en Monthly Rewiew en el año 2004.