Un silencio fecundo de rugidosacompaña la tarde litoral y nubosa.Es una playa ilesa del Pacífico.Manzanillos de agua, heliconias gigantesmeciéndose en la brisa embriagada de nubes.De repente, el milagro:dos papagayos rojosrebasan el umbral de lo posible.Justo en ese momentoyo soy un marinero de la Santa Maríamirando Guanahani desde el mástil.Yo soy Keats descubriendoel Homero de Chapman.Gagarin comprendiendola soledad helada del espacio.Tenochtitlán, Numancia,Troya llorando a Héctor,un órdago de Dios,Edmund Dantès al viento.Soy el roce de dos ramas resecasque encendieron un fuego primitivo.Es fácil de entender si sales de tu nombre.En la Tierra el misterio.Yo he venidoa ser ola a la vez que miro el mar.
(Resistencia al cálculo – Raquel Lanseros)
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