miércoles, 30 de septiembre de 2015

Geovannys Manso, un poema

Geovannys Manso

MEMORIAS DEL HUMO

                          A mi padre, que vio caer la torre de su ingenio

Nadie se describe
ahora que el pan cubre la mesa
art decó
en la extraña memoria de los días.
Ahora el pan desde su mutismo
rostros que la felicidad dibuja
sin fisuras.
Ya no mar    latidos   arrecifes
pactos que en la exultante miseria
nos proscriben
isla entrevista
escindida en elogios o tropiezos del pie
hieren la silueta de mi padre.
Ahora el pan -ajeno-
es quien convoca
en un sucederse de torres que no están
yéndose de un país
que fragua su memoria sobre el humo gris de sus ingenios.
Torres que antes fueron
la divisa del viajero
erguido su estandarte
en la geografía --pálida-- capsular de nuestros días.
Memoria de mi infancia: país esquivo
adiós de mi padre   abuelo-adiós  y tíos y parientes
familia que respira
porque respira el humo en los ingenios.
Ignorantes de un destino que no asciende
pero existe la utopía entre sus rostros.
Parten  pues la batalla arrecia
y el azúcar magnifica sus destinos
héroes que de zafra en zafra acumulan medallas
artículos deformes  amantes incorpóreos
sobre la geografía de este país   bañado   escindido en arrecifes.
Digo: el agua, el mediodía, el azúcar…
Digo: espasmo  lodazal   jauria
país cambiante: sepia vs. tecnicolor
en la pregunta umbría de mi padre:

          ¿QUÉ HACER AHORA----DIME----SIN EL HUMO?

Esto es común  pero lo escribo
para que nadie ose desmentirme
en el próximo solsticio  eclipse nuestro
que advierte otro peligro de humo en la garganta.
Qué hacer
sino mendigar otra ruina
allí donde aprendimos el naufragio
en la perennidad de un latido.
Qué hacer
si no morir no basta
hay que morir a tiempo para no ver
sentir   palpar    ese cadáver
tras su puerta: envejecido
ignoto   pleno de violencias
ahora que la verdad y la fábula son lo mismo.


                            Qué hacer
                            sino reescribir los contornos de una isla
                            que ha visto caer sus estatuas de humo
                            sus plazas de humo
                            sobre los ojos de  mi padre.




(Poema sacado del libro,  LOS LEVES SOBRESALTOS, premiado con el XXXV de Poesía "JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)



Geovannys Manso


Geovannys Manso

Biografía

Geovannys Manso nació en Vueltas, un pequeño poblado al centro de Cuba, el 10 de septiembre de 1974. Es narrador, poeta y ensayista. También se ha desempeñado como editor y promotor literario. Es miembro de la Uneac (Unión de Escritores y Artistas de Cuba). Sobre su obra, el poeta cubano José Kozer, ha escrito: "Prosa inmersa en poesía, poesía cifrada por la Muerte: muerte que es fiesta de luz, polvo derrengado que se reconstituye familia: Geovannys Manso hace del ensayo acendrada novela de alucinado insomne, de la novela (corta) poemas donde la cultura universal y el amor circular a la Isla de su nacimiento se recogen en un vértice de águilas en picada, pescas astrales (laberínticas) recorridos que no son evasiones, escenas donde los seres en su diversidad se ayudan a seguir viviendo en condiciones nada fáciles. Galeno ayuda; Tolstoi asoma; Borges nos enseña a atenernos. Y el poeta, médico de cuerpos, se enfrasca en una interminable crónica silente donde Cuba es también Blake, y Wilde el mayor silencio posible del «pertinaz revés»".

Bibliografía

Ha publicado: La soledad y otras mentiras (cuento, Ediciones Sed de Belleza, 2001); Las palabras ausentes (cuento, Editorial Capiro, 2006); Cifras de la muerte (poesía, Ediciones Ávila, 2006); Insomnios de la palabra (ensayo, Casa Editora Abril, 2007); La isla inmersa (novela, Editorial Capiro, 2007- Editorial Letras Cubanas, 2008); Violante (novela, Ediciones Sed de Belleza, 2008-Editorial Gente Nueva, 2013); Un lugar en el mundo (novela, Editorial Oriente, 2009); Ven y mira (novela, Editorial Oriente, 2012); Cuidado: niña en el jardín (novela, La pereza Ediciones, Miami, 2013); Maximiliano (El loquito de María Virginia) (cuento, Editorial Cauce, 2014).y Los leves sobresaltos (poesía, Editorial Autores Premiados, Huelva, España).

Premios

Su obra ha merecido, entre otros, el Premio Calendario de ensayo y el Premio Regino Pedroso de poesía (2005); el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara de novela (2006); el Premio de Narrativa Joven «Reina del Mar Editores» (2007); el Premio Oriente (2008), el Premio Internacional de poesía Bonaventuriano, Colombia, (2008), Mención en el Premio Ítalo Calvino de Novela (2008), el Premio Cauce de cuento (2010) y Mención en el Premio Casa de las Américas de novela (2011).En el 2015, obtuvo el XXXV Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, que otorga la Diputación de Huelva, España y la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez.

martes, 29 de septiembre de 2015

Santos López, poemas

Santos López



Fui expulsado al sueño temprano de un desierto

A rondar sin voz un solo lado de la fuerza

No era hambre ni cansancio la súbita mano del escombro

¿Qué tierra pueden andar unos pies si nada tienen ?

No es atavío de los dioses yo vagar en primera muerte

¿Acaso huyo sin forma temiendo el eco del arado ?

Extraviado me adentro en una piel que creció mientras soñaba

La tierra ya no es baldía como hoy tanto es ausente

El pájaro con el estruendo lo alejaron de nosotros.





Piedras rojas

Las piedras riegan su sangre
En un instante imposible de predecir.
Jamás recordaríamos su dedal de plasma
Que la tierra esconde en sus adentros.

A la orilla del río, el espejismo,
El ciervo que corre en zigzag,
Guarda en su espuma el fondo del mundo,
Sus partes, palabra por palabra.

Las piedras riegan su sangre de pantano,
Una tras otra, en el anochecer,
Sílaba y crisálida de casi nada
Que el ojo no ve.

A la izquierda del paisaje pasa un caballo.
Su vuelo extenso en el afuera
Rompe este ánimo de piedras
Entre hierba crecida y viento.

En medio del ruido y la vida corta,
Las piedras riegan su sangre de oro.
Su poder es morir con necesario amor:
La intención feroz del destino.



Aterrado

Estar de nuevo en la tierra,
Resonando entre el polvo y la desdicha
De un antiguo sepulcro.

Horizonte tatuado con lugares comunes.

Miras allá:
Un indigente,
Un pobre perro
Y una paloma;
Andan juntos.

Es la errancia de los desamparados.
Nadie huye de su destino:

Eso que es.
Ante el terror,

No te aferres a nada.



Aroma de piedra

Meto cuidadosamente la mano dentro de una piedra
            para remover su aroma
            y dejar un puñado de oro.

Piedra asoleada que es y no es

¿Y ahora qué?

¿Heredarás otro amor, un poco de esplendor  
redondo?
¿acaso el peso oscuro
de mi límite?

La vida afuera es un doble luto, sin morada.

Corazón piedra de oro,
Voy hacia ti sin ver.

Todo brillo adentro es la cicatriz de un cielo.



La comprehensión de Khayyám

Somos una piedra, algo común y corriente,
Lavada tantas veces por la lluvia,
En algún charco, fuente o acueducto,
Lisa siempre en el fondo del río,
O desenterrada por una madre que escogimos
Y que luego no supimos amar cuando era vieja.

Somos esa piedra, eterna, llena de polvo,
Bañada como una flor de sangre en el vientre,
Una comprehensión ciega, dormida,
Que enterramos de nuevo.


Santos LópezSantos López (Mesa de Guanipa, Venezuela, 1955) está en el camino de la poesía como expresión de la tradición ancestral, saber que sobrepasa lo individual. Poeta, periodista e iniciado en la espiritualidad del África occidental, es director-fundador de la Casa de la Poesía Pérez Bonalde (fundada en 1990). Ha publicado los poemarios: Otras costumbres (1980), Alguna luz, alguna ausencia (1981), Mas doliendo ya (1984), Entre regiones (1984), Soy el animal que creo (1987), El libro de la tribu (1992 y 2014), Los buscadores de agua(1999), El cielo entre cenizas (2004), Le Ciel en cendres, edición bilingüe español-francés (2004), Soy el animal que creo. Antología (2004), I cercatori d’acqua(edición bilingüe español-italiano, 2008) y La Barata (2015). Premio Municipal de Poesía en 1987 y en 2001, poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, francés, chino, coreano e italiano. Ha participado como poeta invitado en festivales y encuentros en Portugal, Francia, Colombia, Cuba, México, Chile, Bélgica, Benín y Austria.

AFORISMOS DEL PÁJARO

AFORISMOS DEL PÁJARO | Tam-Tam Press



Portada del libro editado por Eolas.



‘Corner of the silenced

(Un año en TAM TAM PRESS)’,

un libro de Juan Carlos Pajares





Septiembre 2015

— — —

“El inversor acompañó a los flamantes electos al piso más alto del edificio más elevado de la gran ciudad y, haciendo un barrido en círculo con el brazo, les dijo: todo esto que veis, jamás será vuestro. Y, dicho esto, les envió a resolver la deuda”.

— — —

“La única manera de evitar mezquinos experimentos independentistas, donde tantean los ególatras oficiando insolidarios liturgias de glorificación de la roña, es transformar este país en un lugar decente en el que vivir”.

— — —

“Nuestros asesinos prosperaron indemnes. A esa impunidad le llamaron patria. Nos sumieron en cunetas y barrancos, en los lugares menos sagrados de la geografía, territorio de las alimañas. Allí permanecemos. Hará falta algo más que tiza para exhumar nuestros nombres y que ellos no puedan enterrarlos de nuevo”.

— — —

“Hijos del otro lado del mar, no vengáis, las playas de los días felices del verano son para los nuestros, para vosotros algas y arena en la garganta, sollozos y sed, no vengáis, aunque os coman por los pies las moscas y el hambre, aunque el miedo sea la aurora perpetua de vuestra mísera existencia, no vengáis, no se os ocurra venir, dejadnos morir con nuestra vergüenza”.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Dylan Thomas y su eterno cumpleaños

Dylan Thomas y su eterno cumpleaños | Cultura | EL PAÍS





AND DEATH SHALL HAVE NO DOMINION



And death shall have no dominion.

Dead men naked they shall be one

With the man in the wind and the west moon;

When their bones are picked clean and the clean bones gone,

They shall have stars at elbow and foot;

Though they go mad they shall be sane,

Though they sink through the sea they shall rise again;

Though lovers be lost love shall not;

And death shall have no dominion.





And death shall have no dominion.

Under the windings of the sea

They lying long shall not die windily;

Twisting on racks when sinews give way,

Strapped to a wheel, yet they shall not break;

Faith in their hands shall snap in two,

And the unicorn evils run them through;

Split all ends up they shan't crack;

And death shall have no dominion.





And death shall have no dominion.

No more may gulls cry at their ears

Or waves break loud on the seashores;

Where blew a flower may a flower no more

Lift its head to the blows of the rain;

Though they be mad and dead as nails,

Heads of the characters hammer through daisies;

Break in the sun till the sun breaks down,

And death shall have no dominion.







(Y LA MUERTE NO TENDRÁ SEÑORÍO)





Y la muerte no tendrá señorío.

Desnudos los muertos se habrán confundido

con el hombre del viento y la luna poniente;

cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,

tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;

aunque se vuelvan locos serán cuerdos,

aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,

aunque los amantes se pierdan quedará el amor;

y la muerte no tendrá señorío.



Y la muerte no tendrá señorío.

Bajo las ondulaciones del mar

los que yacen tendidos no moriran aterrados;

retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,

amarrados a una rueda, aún no se romperán;

la fe en sus manos se partirá en dos,

y los penetrarán los daños unicornes;

rotos todos los cabos ya no crujirán más;

y la muerte no tendrá señorío.



Y la muerte no tendrá señorío.

Aunque las gaviotas no griten más en su oído

ni las olas estallen ruidosas en las costas;

aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten

ya más la cabeza al golpe de la lluvia;

aunque estén locos y muertos como clavos,

las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;

estallarán al sol hasta que el sol estalle,

y la muerte no tendrá señorío.



Dylan Thomas y su eterno cumpleaños

Laugharne parece no existir fuera de la poesía del autor galés, como la Soria de Machado

 18 AGO 2015




El poeta galés Dylan Thomas, en una imagen de 1946. / HULTON-DEUTSCH COLLECTION


Laugharne es un pueblo del sur de Gales con un par de pubs, un supermercado y una calle principal por la que no caben dos coches. Llueve mucho en Laugharne y, a veces, las mareas inundan la explanada donde se aparca. Mucho pasado, apenas presente y un futuro predecible. No parece muy distinto de como lo vio Dylan Thomas (Swansea, Gales, 1914—Nueva York, 1953) en 1944, pero lo es. Totalmente. Porque ahora lleva a Dylan Thomas incorporado en su paisaje, pero en octubre de 1944, cuando la guerra sonaba ya a cosa cumplida, era el paisaje de Laugharne el que estaba metido dentro de Dylan Thomas.



Se han invertido los términos. Ese paisaje se hizo poesía, y la poesía ha vuelto a hacerse paisaje. El 27 de octubre de 1944, Dylan Thomas cumplió treinta años y lo celebró paseando por Laugharne y escribiendo un poema en el que describía el pueblo y sugería que se sentía viejo. Hoy, ese poema es un paseo, el Birthday Walk y, como le pasa a la Soria de Machado o al Moguer de Juan Ramón, uno se pregunta si Laugharne existe fuera de la poesía de Dylan Thomas.



Recorro un Gales amable y verde y me hospedo en un hotel de un pueblo ínfimo que elegí, además de por su precio, porque se anunciaba como “próximo a la casa de Dylan Thomas en Gales”. Helen, su mesonera, presume de amistades con gente de letras y otros borrachos londinenses. En un desayuno, después de haber sido informada de que el huésped barbudo es un escritor español, irrumpe con las poesías escogidas de Dylan Thomas en la mano y lee “Do Not Go Gentle Into That Good Night”, su poema más famoso.



MÁS INFORMACIÓN

Cien años del milagro Dylan Thomas

Una noche en el cuarto de Uma Thurman

A poco que se despeja lo verde de esta parte de Gales, aparece Dylan Thomas. No hay persona culta que no tenga un par de versos suyos a punto para un recitado de urgencia. Quizá soy yo, que lo busco, que camino mareado por esa leyenda de dipsomanía, derrota y canciones de ese homónimo voluntario que fue Bob Dylan (quien adoptó como apellido el nombre del escritor como si así lo invocara y se dejase poseer por su espíritu), pero siento muy vivo y presente al poeta de Gales, de una forma que no se encuentra a Machado en Soria o a Juan Ramón en Moguer. Inmensamente popular en vida (sus seriales en la BBC eran un acontecimiento), su obra persiste con una vigencia que envidiaría cualquier muerto ilustre del parnaso español. Y algún que otro vivo, también.



Quizá Laugharne tenga la fuerza de las afinidades electivas. Thomas escogió Laugharne y Laugharne escogió a Thomas. Fue el único amor desinteresado y cómplice en la vida de un hombre feo que tuvo varias mujeres. No le ataba a ese rincón rocoso y escondido del sur británico nada más que una excursión dominguera que hizo en 1934. Se enamoró de las mareas y la luz gris y se empeñó en vivir allí. Incluso consiguió que Margaret Taylor, la acomodada esposa de un historiador famoso, le comprara una residencia en el pueblo: la Boathouse, una casa colgada sobre un acantilado que hoy es propiedad del condado de Carmathenshire y se ha convertido en una especie de templete-museo y foco de un pequeño festival literario anual que cada mes de abril reúne a un montón de artistas dispuestos a emular a Thomas, si no en talento, sí al menos en su afición por los destilados.



Pero el Dylan Thomas que se recuerda en Laugharne no es ese alcohólico que murió en Nueva York en 1953 con treinta y nueve años recién cumplidos y un récord de dieciocho whiskies seguidos que le llevaron directo a un coma letal (récord desmentido por el barman que supuestamente los sirvió, quizá para que no le acusaran de homicidio). El Dylan Thomas que se recuerda en este pueblo lejano y adormilado del sur de Gales es el del poeta que cumplió treinta años en 1944, se levantó temprano, paseó y escribió unos versos en los que lamentaba el paso del tiempo como sólo un viejo muy cansado puede lamentar. Todas las mañanas son la mañana del cumpleaños de Dylan Thomas en Laugharne.



Sergio del Molino, periodista y escritor, es autor de La hora violeta

miércoles, 9 de septiembre de 2015

LUZ EN RAMA

ni dios, lo asesinaron


ruinas y escombros tachan la risa
de un árbol veloz en tus labios de día
de noche se calma la duda de un perro
y tu sin querer
lames sin prisa
los pasos perdidos.
Que dura es la rima de esta ciudad tumbada
como un perro entre las ruinas
bajo un sol de justicia
yo tambien me lamo tus dulces heridas.

domingo, 6 de septiembre de 2015

ERES LO QUE ESCRIBES ERES COMO ESCRIBES

ERES LO QUE ESCRIBES ERES COMO ESCRIBES

<a href="http://escribesinfaltas.blogspot.com/" 



Al leer la noticia no pude hacer otra cosa que pensar que este acontecimiento ya había sucedido, en forma muy parecida si no es que idéntica, casi dos mil años antes. ¿A qué me refiero? ¿De cuál noticia hablo? Don José Moreno de Alba, filólogo inminente, autor de libros preciosos sobre la lengua castellana en nuestra patria y presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, se le acaba de ocurrir afirmar que el spanglish no es ni será una nueva lengua, sino que viene a reforzar al español que se habla y escribe en México. A lo más le da el carácter de dialecto. Para nuestro querido académico, el spanglish no existe.

Y entonces recordé a los filósofos de la época de la decadencia del Imperio Romano, cuando los buenos ciudadanos y literatos que vivían en la península itálica, se quejaban amargamente de la forma escandalosa en que las tribus bárbaras, las que habían sido incorporadas al imperio por la fuerza, corrompían el latín y le añadían palabras de sus propios dialectos (el imperio siempre llama dialecto a las lenguas que compiten con la suya y que son un obstáculo a su objetivo de borrar, de arrasar las culturas autóctonas de los pueblos vencidos). Allá por el segundo, tercero y cuarto siglos después de nuestra era, estos gritos de angustia fueron cada vez más repetidos y, a la vez, cada vez importaron menos porque la sociedad del imperio romano terminó siendo mayoritariamente bárbara y minoritariamente romana pura.

Para cuando Atila recogió los despojos y tomó a la fuerza la capital del mayor imperio de la mundo antiguo, los hombres y mujeres que lo habitaban hablaban (con la excepción de los jurisconsultos, los monjes y la casta aristocrática) un latín “degradado”, o mejor dicho, distintos latines “deformados”, de tal forma que ya no eran la lengua oficial del imperio sino los cimientos de lo que más tarde serían el inglés, el francés, el alemán, el italiano y el español.

¿Cómo fue que los bárbaros triunfaron sobre los cultos ciudadanos romanos? Tal vez porque la lengua de uso es la lengua que pervive, el idioma que logra perdurar por una simple razón: su capacidad de adaptación a las necesidades de la comunidad donde se practica. En realidad, los idiomas son herramientas utilitarias colectivas. Y cuando digo herramienta me refiero a que una sociedad en su conjunto ve a su lenguaje como un arma defensiva tanto como un juego en el que todos participan: quitándole y agregándole palabras, inventando nuevos vocablos, transformando las órdenes del opresor en signos propios, en jerigonza que define quién es quién.
El lenguaje, entonces, es otra clase de campo de batalla entre amos y esclavos, entre nativos y extranjeros, entre los que entienden el sentido de lo que digo y los que se quedan sin saber lo que nosotros decimos de ellos en su cara.

Y ese proceso sigue y sigue: el español de los españoles no fue el español de los indígenas que tuvieron que aprenderlo para sobrevivir en la Nueva España, ni el español mexicano de este lado de la frontera es igual al spanglish que hablan los mexicoamericanos que viven y trabajan al otro lado. Cada una de estas clases de español es una rama distinta de un árbol por demás frondoso. Por eso siento un poco de ternura ante el exabrupto de nuestro académico don José. Como los viejos filósofos romanos quiere creer que hay una sola manera de hablar y escribir el latín deformado que llamamos español y no las numerosas formas de transfigurarlo en otras lenguas más adaptables a cada tribu sometida.

Decir que el spanglish no existe en nada hiere o agrede al spanglish ni a las personas que lo hablan y lo escriben y lo viven como parte de su botiquín de supervivencia cultural. Lo único que demuestra esta clase de pronunciamientos es que el spanglish ya llegó para quedarse, que ya no se le puede ningunear como hace apenas unas dos décadas todavía se acostumbraba hacer entre los intelectuales del interior del país, para quienes toda frase o expresión en spanglish era un acto de traición a la patria, una forma de darle la espalda al castellano. Ahora se intenta acaparar al spanglish, abrazarlo como un hermanito menor (véase el paternalista prejuicio de clase) bajo la protección del español a la mexicana (que casi siempre equivale al español defeño).

Intento inútil a todas luces. Porque el spanglish no necesitó permiso de nadie para hacerse y difundirse ni necesita ahora bendiciones de sus anteriores detractores. El spanglish es una ruta más hacia el futuro de dos lenguas nacidas desde el latín: el español y el inglés. Una herramienta práctica, excelente para nuestro tiempo de globalizaciones y fronteras cerradas, de internet y ghettos en auge. Así que don José Moreno de Alba: deje al fantasma del spanglish en paz. No seremos nosotros los que dictaminaremos su destino ni sus cambios a futuro. Eso lo deciden, como siempre ha sido, la gente que lo utilice y lo practique, la comunidad que lo entienda y lo talka.

Por eso la conciencia del lenguaje es imprescindible: saber por qué decimos lo que decimos y por qué lo decimos de una forma distinta a los demás. Eres lo que escribes no es un imperativo categórico: es una descripción de nosotros mismos en un mapa siempre cambiante, en evolución constante. Un mapa que se hace al andar por su geografía de palabras, de signos, de puentes que nos comuniquen, de ideas que podamos entre todos hacer nuestras. No es una orden sino una petición de principios: tratemos de entendernos con la lengua que somos entre todos y tratemos de aceptar que cada dialecto es una posibilidad de futuro, un atajo hacia otras comarcas por descubrir, por explorar, por vivir.

Wislawa Szymborska

Wislawa Szymborska | Lo que no se dice





Retrato de mujer
Debe ser a elección.
Cambiar para que no cambie nada.
Es fácil, imposible, difícil, vale un intento.
Sus ojos son, si cabe, una vez azules, otra vez grises,
negros, alegres, sin causa llenos de lágrimas.
Duerme con él como una cualquiera, única en el mundo.
Le parirá cuatro hijos, ningún hijo, uno.
Ingenua, mas la que mejor aconseja.
Débil, mas podrá con el peso.
No tiene cabeza, pues la tendrá.
Lee a Jaspers, y revistas de mujeres.
No sabe el porqué de este tornillo y construirá un puente.
Joven, como siempre joven, todavía joven.
Sostiene en sus manos un gorrión alirroto,
su propio dinero para un viaje largo y ajeno,
un mazo, una compresa y una copa de vodka.
¿A dónde corre? ¿no está cansada?
Que no, un poco, mucho, no pasa nada.
O le quiere o se empeña.
Por lo bueno, por lo malo y por el amor de Dios.



Prospecto
Soy un tranquilizante.
Funciono en casa,
Soy eficaz en la oficina,
me siento en los exámenes,
Comparezco ante los tribunales,
pego cuidadosamente las tazas rotas:
sólo tienes que tomarme,
¡ disolverme bajo la lengua,
tragarme,
sólo tienes que beber un poco de agua.
Sé qué hacer con la desgracia,
cómo sobrellevar una mala noticia,
disminuir la injusticia,
iluminar la ausencia de Dios,
escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
A qué esperas,
confía en la piedad química.
Eres todavía un hombre (una mujer) joven,
deberías sentar la cabeza de algún modo.
¿Quién ha dicho
que la vida hay que vivirla arriesgadamente?
Entrégame tu abismo,
lo cubriré de sueño,
me estarás agradecido (agradecida)
por haber caído de pies.
Véndeme tu alma.
No habrá más comprador.
Ya no hay otro demonio.


NADA DOS VECES
Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.
Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaban
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.
Ahora que estamos juntos,
vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Como una flor o una piedra?
Dime por qué, mala hora,
con miedo inútil te mezclas.
Eres y por eso pasas.
Pasas, por eso eres bella.
Medio abrazados, sonrientes,
buscaremos la cordura,
aun siendo tan diferentes
cual dos gotas de agua pura.

Posibilidades
Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas
del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.

De “Gente en el puente” 1986


Alabanza a mi hermana
Mi hermana no escribe poemas
y es improbable que de pronto comience a escribir poemas.
Le viene de su madre, que no escribía poemas
,y de su padre, que tampoco escribía poemas.
Bajo el techo de mi hermana me siento a salvo:
nada impulsaría al marido de mi hermana a escribir poemas.
Y aunque suene como un poema de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se ocupa de escribir poemas.
En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejo
sni nuevos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a cenar,
sé que no tiene intenciones de leerme poemas.
Hace magníficas sopas sin esfuerzo,
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,
pero cuando lo hacen, rara vez es sólo una persona.
Algunas veces la poesía fluye en cascadas de generaciones
que ocasionan temibles corrientes en las relaciones familiares.
Mi hermana cultiva una prosa hablada decente,
pero toda su producción literaria está en tarjetas postales veraniegasque prometen la misma cosa cada año:
que cuando vuelva me contará todo,
todo,
todo.



Amor a primera vista
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún “lo siento”
o el sonido de “se ha equivocado” en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.
Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.

De “Fin y principio” 1993
Wislawa Szymborska (1923)  Nació en Kórnik, Polonia y vive en Cracovia