domingo, 28 de febrero de 2010

ahí ven o maio

Ahi ven o maio
de frores cuberto
puxeronse a porta
cantandome os nenos
os puchos furados
pra min extendendo
pedironme crocas
dos meus castiñeiros

Pasai rapaciños
calados e credos
que o que é polo de hoxe
que darvos non teño
eu sonvos o probe:
o povo galego
pra min non hai maio,
pra min sempre é inverno.

Cando eu me atopare
de donos liberto
que o pan non mo quiten,
trabucos e prestemos
que, coma os do abade,
frorezan meus eidos
chegado haberá enton
o maio que eu quero.

Queredes castañas
dos meus castiñeiros
cantademe un maio
sen bruxas nin demos
un maio sen segas,
usuras nin preitos.
nin foros nin cregos

sábado, 27 de febrero de 2010

especulacion de espejos


epitafios digitales en el cyberespacio
("el cyberespacio no existe :es una alucinación consensuada de espacio y superficie. Nuestro cerebro percibe espacios cuando navegamos por internet y nos comunicamos con otros usuarios, pero lo que percibimos como espacio son en realidad códigos binarios,enterrados en vastos corredores mundiales de información") William Gibson



En el mar de la nada donde navegan estas líneas solo se escucha crepitar a los ceros y gemir a los unos. Ronronean los rígidos en sus 7200 rpm, los leds rojos y verdes dirigen la autopista informática. El mensaje al vecino pasa antes por un servidor a 8000 kilómetros de distancia. Entrelazado y no entrelazado, el monitor hipnotiza igual, es el ojo parpadeante que barre un simulacro de realidad. Cuando se apaga nada queda.

De que me sirve el quijote si está guardado en un archivo en un disco en una supermáquina cuando me cortaron la luz. Quién conoce mejor que el mouse óptico, la tensión de abrir el correo y esperar si viene o no algún mail. Casi como la espera de un cartero virtual

Sin embargo de vez en cuando de este mar de nada emergen restos del naufragio, un remolino escupe un texto, un fragmento de poema, una foto, un acorde perfecto. Y ya nada podrá ser como antes.

El mensaje en la botella llegó a destino. Queda por saber si el destinatario esta vivo y dispuesto a recibirlo. Y si tiene ganas de contestarlo ( y buscar otros sobrevivientes)...



(c) Francisco A. Chiroleu




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viernes, 26 de febrero de 2010

Un hermoso poema de Tomas Segovia

EL BLOG DE TOMÁS
EL DESERTOR


Este llevar clavado

En la mitad del paladar dormido

El anzuelo cerril de la belleza

Siempre intratable y terco

Y que tira de mí cuando menos lo espero

Contra toda corriente si es el caso

Contra toda razón

Contra todo sentido acumulado

Y sin dejarme ver siquiera

Si esto es o no pecado

O dónde está el sedal de ese pecado.


2 jul 09





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jueves, 25 de febrero de 2010

rodolfo walsh

Los dioses no tienen idea del bien y del mal. De lo contrario no podrían existir
1953
También los dioses juegan al ajedrez, pero no en un plano, como nosotros, sino en las tres dimensiones del espacio. Comprendo que es una forma torpe de decir: los dioses no necesitan espacio, tableros ni piezas para su juego infinitamente sabio. No obstante, si de algún modo quisiéramos representar el mecanismo de ese juego eterno, podríamos hacerlo así: el tablero está formado por un cubo, dividido en 512 casillas cúbicas. Las piezas se mueven obedeciendo a las mismas leyes que entre nosotros, pero no sólo en superficie, sino también en profundidad. Si los dioses, por alguno de esos caprichos que los han señalado a la atención de los hombres, quisieran mostrarnos un momento del juego, veríamos quizás alados caballos subir o descender las dos casillas correspondientes, y ubicarse luego a la derecha o izquierda, delante o atrás. O acaso un alfil cruzaría entre nosotros como un relámpago negro. Y temblaríamos ante la majestad de pensativos reyes con los ojos clavados en lejanos fulgores de batallas. Y veríamos terribles la potencia y la saña de las reinas destructoras de hombres.

 

El número de combinaciones posibles es infinito. También lo es el de errores. A veces los dioses cometen errores brillantes, que sólo ellos puden subsanar. Esas equivocaciones pueden tener consecuencias catastróficas para un mísero peón, para una pieza menor, pero no influyen en la economía general del juego, condenado a perdurabilidad. Los dioses son invencibles. No lo son los trozos de alma que ciegamente manejan: y los he visto sucumbir en sublimes y estériles sacrificios o perfeccionar su aburrimiento en un rincón olvidado del tablero.

 

se ha dicho que los dioses perpetúan en el juego las leyes de la belleza y la simetría. No lo creo. La costumbre, el tedio, la indiferencia, la infinita vanagloria de la infinita sabiduría intervienen por igual en cada jugada.

 

Se ha dicho pobremente que las fuerzas de un bando simbolizan el bien; las otras el mal. Cualquiera puede comprobar la estúpida mentira de esa creencia. Los dioses no tienen idea del bien y del mal. De lo contrario no podrían existir. En el preciso instante en que la sola idea del bien o del mal entrara furtivamente en la voluntad que mueve las piezas sobre el tablero, éste saltaría en pedazos como una gigantesca copa de cristal.  

lunes, 22 de febrero de 2010

en la maquina de escribir te encontre entretenida

La Máquina de Escribir: Miriam Cairo: El avatar erótico


Por Miriam Cairo

SIRGA
Anoche no pude desmaterializarme, convertirme otra vez en esa partícula mínima que anda a tu alrededor, llenándote de vida, invisible y callada. Me desentendí de todos mis átomos a pesar de que el ángel sirga me hacía señas, indicándome que ya era la hora de entrar en tu paraíso en ruinas, para romper el óvulo de la desesperación con mis movimientos de hálito. Así es la vida de los sueños. Hacerse y deshacerse a los apurones para que los destiladores del tiempo no perciban mis viajes prohibidos cuando el suelo se pliega.

POSTIGOS
Anoche, el proceso estaba por comenzar. Me sangró la nariz, como siempre, y me puse de frente a mi propósito, pues hacia atrás o de costado, las desapariciones resultan particularmente desesperadas. Estaba de pie, colgando los brazos sin esfuerzo, la cabeza erguida de tal modo que los ojos no perdieran de vista el espejismo, mientra la luna me miraba encerrada en su calabozo de aire. Ya estaba a punto de transformarme en ese pedazo frágil y precario de mí misma que ante los postigos de la noche se abre y se cierra, cuando me detuve.

AGITACION
Apenas percibí tu llamado para salvar el cuerpo de la notoria esclavitud, miré hacia lo más hondo y el ángel cordel estiraba la mano desde el pasadizo, pero me contuve cuando el corazón, como de costumbre, se me iba saliendo de a chorritos por la nariz. Rojos borbotones de rubí florecían fatales buscando el tapón de tus dedos compasivos. En ese instante me di cuenta de que hago muchas cosas para verte, pero contarlo es difícil porque falta lo más importante: la agitación y la expectativa de estar haciendo todas esas cosas que no debo.

PUENTE
Luego de la sangría respiratoria quedé varios minutos mareada, temblorosa en la parte temblona, fulgurosa en la parte fulgente, alada en la parte voladora. Asumo que este proceso carece de originalidad, porque lo he copiado de amantes célebres, pero aún así, el desintegrarme no es un procedimiento sencillo ni explicable, porque siempre está a merced de los anacronismos, las sorpresas y los escándalos. Sobre todo cuando al ángel del puente se le da por reírse como loco del dolor de la locura y el resto del mundo se despierta y me sorprende desnuda en el aire, atascada en el proceso como una princesa rusa.

FRUSTRACIONES
Tengo para mí el compromiso de no confesarte nunca mis fracasos. A veces aterrizo en zonas extrañas. A veces quedo varada en la azotea del espejismo. A veces caigo en brazos equivocados. A veces pierdo la cabeza. Entonces recojo mis petates y vuelvo al principio porque no me gusta andar por el pasadizo tambaleante y decapitada. Cuando esto ocurre, el ángel bramante se desternilla en burlas y carcajadas porque quedo colgada sobre la raya negra del firmamento como una princesa rusa flameando encorvada en la cuerda de la ropa. Pero no vayas a deducir de esto que me va mal en mis esmeros. Esa es la ocasión en que me vuelvo a casa con un vertedero de palabras. Vos sabés que soy capaz de abortar cualquier resplandor antes de volverme estéril de sombras.




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lunes, 15 de febrero de 2010

Jean Genet : Le Condamné à mort

” Le condamné à mort”

Sur mon cou sans armure et sans haine, mon cou
Que ma main plus lègère et grave qu'une veuve
Effleure sous mon col, sans que ton cœur s'émeuve,
Laisse tes dents poser leur sourire de loup.
Ô viens mon beau soleil, ô viens ma nuit d'Espagne
Arrive dans mes yeux qui seront morts demain.
Arrive, ouvre ma porte, apporte-moi ta main
Mène-moi loin d'ici battre notre campagne.
Le ciel peut s'éveiller, les étoiles fleurir,
Ni les fleurs soupirer, et des près l'herbe noire
Accueillir la rosée où le matin va boire,
Le clocher peut sonner : moi seul je vais mourir.
Ô viens mon ciel de rose, ô ma corbeille blonde !
Visite dans sa nuit ton condamné à mort.
Arrache-toi la chair, tue, escalade, mords,
Mais viens ! Pose ta joue contre ma tête ronde.
Nous n'avions pas fini de nous parler d'amour.
Nous n'avions pas fini de fumer nos gitanes.
On peut se demander pourquoi les Cours condamnent
Un assassin si beau qu'il fait pâlir le jour.
Amour viens sur ma bouche ! Amour ouvre tes portes !
Traverse les couloirs, descends, marche léger,
Vole dans l'escalier plus souple qu'un berger,
Plus soutenu par l'air qu'un vol de feuilles mortes.
Ô traverse les murs, s'il le faut marche au bord
Des toits, des océans, couvre-toi de lumière,
Use de la menace, use de la prière,
Mais viens, ô ma frégate, une heure avant ma mort.