sábado, 27 de febrero de 2010

especulacion de espejos


epitafios digitales en el cyberespacio
("el cyberespacio no existe :es una alucinación consensuada de espacio y superficie. Nuestro cerebro percibe espacios cuando navegamos por internet y nos comunicamos con otros usuarios, pero lo que percibimos como espacio son en realidad códigos binarios,enterrados en vastos corredores mundiales de información") William Gibson



En el mar de la nada donde navegan estas líneas solo se escucha crepitar a los ceros y gemir a los unos. Ronronean los rígidos en sus 7200 rpm, los leds rojos y verdes dirigen la autopista informática. El mensaje al vecino pasa antes por un servidor a 8000 kilómetros de distancia. Entrelazado y no entrelazado, el monitor hipnotiza igual, es el ojo parpadeante que barre un simulacro de realidad. Cuando se apaga nada queda.

De que me sirve el quijote si está guardado en un archivo en un disco en una supermáquina cuando me cortaron la luz. Quién conoce mejor que el mouse óptico, la tensión de abrir el correo y esperar si viene o no algún mail. Casi como la espera de un cartero virtual

Sin embargo de vez en cuando de este mar de nada emergen restos del naufragio, un remolino escupe un texto, un fragmento de poema, una foto, un acorde perfecto. Y ya nada podrá ser como antes.

El mensaje en la botella llegó a destino. Queda por saber si el destinatario esta vivo y dispuesto a recibirlo. Y si tiene ganas de contestarlo ( y buscar otros sobrevivientes)...



(c) Francisco A. Chiroleu




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