Prosas reunidas: el arte de la concreción
Escribir la reseña de un libro de “no reseñas” es cuanto menos un reto si se pretende trasmitir la frescura de una obra tan ingeniosa y locuaz como es esta. Las Prosas reunidas de Wislawa Symborska recopilan en un solo volumen todas las Lecturas no obligatorias de la celebrada autora polaca, en tapa dura y con el exquisito acabado que caracteriza a la editorial MalPaso (una favorita de esta casa).
Szymborska es esa escritora de nombre impronunciable —y paradójicamente de poesía tan legible y cercana—, a la que muchos no conocíamos antes de que recibiese el Premio Nobel de literatura en 1996 e incluso después de eso solo de oídas. En mi caso fue tan solo hace cuatro años que me topé, en un taller de poesía, con esos largos versos tan característicos suyos. Poemas que invitan a mirar el mundo más allá de tus narices, desde un antiantropocentrismo de lo más inspirador, y en los que se tratan cuestiones trascendentales de manera tan accesible y desenfadada que hay que releerlos varias veces para captar la ironía y profundidad desde la que están escritos.
La obra de Wislawa Szymborska es siempre un perfecto conducto por el que asomarnos con curiosidad al mundo apreciando sus peculiaridades y contagiándonos de sana fascinación.
Pero no es su poesía la que se reúne en esta edición sino, tal como el título indica, su prosa. En concreto una serie de textos cortos que Szymborska escribió durante la época en la que trabajó como crítica para diversos medios de su país. Tras leer el interesante prologo explicativo de su traductor Manuel Bellmunt Serrano, puedes abordar el libro como te plazca: de atrás hacia delante, volumen por volumen o abriendo cualquier página al azar. El orden en el que lo leas no va a influir en la genialidad de su contenido ya que cada ensayo es redondo en si mismo.
Más que críticas prefiero referirme a estos textos como “no reseñas”, teniendo en cuenta que la propia Szymborska no consideraba que fuesen críticas literarias como tal, sino su particular síntesis sobre ciertas obras que carecían de interés estrictamente literario pero sobre las que ella elegía escribir. Libros de temas tan variopintos como de pintura, música, historia, astrología, psiquiatría o botánica (y más) que sirven a la autora para hablar de conceptos más abstractos como la necesidad de sentir miedo, el destino y la casualidad (dos de sus temas fetiches también en su poesía), la justicia, la familia o incluso la soledad cósmica, siempre desde una mirada muy personal cargada de inteligencia y humor a partes iguales.
En el detalle está lo grandioso
De forma sintetizada y lúcida Szymborska plantea una idea o reflexión a veces en tono burlón o anecdótico, a veces de forma crítica y mordaz, pero siempre con un enfoque original y ameno.
Cuantos más de estos breves ensayos lees más enganchado estás por saber que ingeniosa ocurrencia vendrá en el siguiente, o de que curiosa información se te hará participe. Ahí la destreza de la autora en el arte de extraer lo esencial de lo elaborado y lo extraordinario de lo sencillo.
“Las ganas de ser traviesa me han invadido”
En uno de los textos Symborska confiesa su deseo de “ser traviesa” y dejar emerger ese desparpajo y liviana osadía que la caracterizan, y así ocurre en numerosos momentos, como por ejemplo cuando, en su “no reseña” de un diccionario de escritores, describe a Conrad, Melville y a Hemingway como los escritores más apuestos y a Ibsen dice ni contemplarlo para el ranking por parecerse al espectro atormentado de un peluquero chiflado. Imposible que tu día no se vuelva inmediatamente un 10% más luminoso con la sonrisa que tan cómica irreverencia acaba de fijar en tus labios.
Observar la vida con humor y en detalle de la mano de Szymborska posiblemente sea de las cosas más enriquecedoras y divertidas que hagas este año.
Puedes leer y descargar un fragmento del libro aquí.
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