jueves, 10 de marzo de 2011

SIGUIENDO TÚ RASTRO

RASTREOS POR MIS LINDES

Quinto rastreo

Desde cuándo he sabido húmedamente
Que guarecidos de la lluvia
Todos estamos siempre solos
A ninguno aunque tenga
En esa hora compañía
Le esta dado entregar
Ni siquiera una parte de sí mismo
A nadie que no sea
Su señora la lluvia

Pero esta vez absorto como siempre
En su inspirada arritmia
Vuelvo a perderme en el vaho sonámbulo
De los días primeros del umbral
De los días de antes de los pasos cautivos
Días de la emoción desamparada
Y el pensamiento boquiabierto
Días en que se incuba el rumbo

Y la lluvia llegaba siempre
A la hora esperada
El cielo se iba obsesionando
Con sus negras ideas
Iba tapando más y más aprisa
Sin entrar en razón
Todas sus brechas claras
Como si toda luminosidad
Fuese una disidencia
Y ya intratablemente enfurruñado
Estallaba de pronto en un relámpago
Como el espasmo cegador de un éxtasis
Y el derrumbe del trueno nos llegaba
Rodando ya sobre la vasta lluvia

Y yo era el prisionero soñador
Tras esa rauda reja entrecortada
Puesto a recaudo para no evadirme
De mi paciente cometido
De estar callado contemplando el mundo
Para írmelo comiendo con los ojos

Y ahora vuelvo a estar rendido
Ante la larga lluvia para persuadirme
De que mi soledad fue siempre ésa
Soledad habitada tras una reja cómplice
Soledad guarecida pero no defendida
Pues cobijado bajo algún alero
Yo no me enemistaba con la lluvia
Estaba junto a ella respirando su aliento
Rehuía sus aguas pero no su intemperie
Y era el mismo mi ánimo cuando seguía en seco
Cuchicheándonos la lluvia y yo
Y cuando me exponía
Como en el sacrificio feliz de un iniciado
Al pálido bautismo acribillado
De sus líquidos dardos
Dulzura refrescante que era el fiel complemento
De la brumosa gruta de las ensoñaciones

Siempre fue así la soledad amiga
La que no tiene de rencor un grano
La que no tiene cosa de la que vengarse
Taciturna sin queja y sin gemido
Pensativa con gusto y saboreo
Guardiana de una única herida grande y dulce
Toda ella de amor y de obediencia
La que no tiene nada que oponerme
Cuando me quedo inerme y guarecido
Viendo caer la lluvia sin pensar hasta cuándo.



24-25 jun. 2010

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