VALERIA ROMÁN MARROQUÍN
put me in a movie
puedes preguntar qué es lo que más me calienta y te llevaré en un mágico viaje
por tres poemas
uno
en la noche
dos
en el espejo
pregúntame sobre mi actriz porno favorita y te mostraré
el vídeo
de mi primera comunión
el vídeo
de todos mis cumpleaños
voy a masturbarme porque no quiero sentir mi tristeza
voy a masturbarme porque tengo mucho miedo,
pero
quédate
esto es justo como en las películas
cuando se acaban los veintisiete minutos y dieciséis segundos
las lolitas
con el culo partido
ya no existen,
yo sí
estoy de pie
todas las cámaras apuntan a mi corazón
mientras carga otro vídeo,
y en mis ojos hay un océano que arde
y en mis ojos todo está tan claro
y en sus ojos ya no me veo
esto es justo como en las películas
pregúntame cuánto tiempo duro frente a mi teclado y te morderé los huesos:
hoy quiero contarte todas mis fantasías sexuales
hoy quiero que vean mi sexo como una constelación
a la orilla de esta tristeza
que seca mi espalda
quiero ser la observada y no el observador
la polla sin rostro
la ventana en incógnito
quiero borrar el historial y ser dios
porque si me peguntas,
lo que más me pone
lo que más me calienta
es esta culpa
inservible
tonta
que se arrastra
entre
mis
piernas
pequeña reunión de promesas que todavía no están en vídeo
“En la catequesis
me decían
no jures jamás
niña idiota.”
- Berta García Faet
no es ninguna novedad que mis palabras
valgan lo mismo que cinco céntimos
para los niños pobres en las latas del supermercado
llegué muy ebria a casa, y estabas tan molesta conmigo
que decías cosas como:
“cuando eras mucho más pequeña prometiste que no ibas a tomar de grande
porque el alcohol
es malo
es horrible,
debí grabarte,
ahora mírate
no tienes vergüenza”
qué peligroso es prometer
y qué triste es no tener cámaras como testigo
te digo la verdad:
me hubiera gustado mucho que me grabaran
apagaría la televisión, te prometo que sí,
pondría los videos
con todas las cosas que nunca pude cumplir
y mis nietos pensarán
-esa historia ya me la sé, vieja loca
al final todos mueren-
voy a ser la mala de la película
y no me arrepiento:
le dije a mi madre
que nunca
en toda mi vida
prendería un cigarro
dije que esperaría al correcto
dije que sería
como en las telenovelas mexicanas
dije que el hombre existe más allá
de la televisión
cuando comenzaron a brotarme las tetas dije
que solo
el amor podría verlas
cuando aprendí a mentir me olvidé de llorar
dije
muchas cosas que ahora están ahogándose en el lado vacío de mi cama
y todavía quisiera creer en ellas
pero
se siente tan bien
torcer el cuello de una paloma
se siente tan bien
pisotear una flor
digo muchas cosas porque necesito hablar conmigo,
tengo que decírtelas
porque hay demasiado miedo
acumulándose
en estas manos
o es que a veces
me da vergüenza el frío
me da susto besar al fantasma con el que duermo,
pero siento que estás aquí para matarme
será tu palabra contra la mía: no tenemos pruebas en vídeo
para ir al tribunal
todos los acusados ya se fueron de la sala:
soy la chica mala de la película,
será mi palabra contra la cámara de vídeo
hemos perdido, mamá
ya van cinco minutos con siete segundos
he cerrado la puerta con llave
he dejado de contar los días
y los nombres
y las caras
en especial, pierdo mucho tiempo tratando de mirarte a los ojos
y sí,
no tomo
no fumo
no aplasto hormigas en la pared,
yo no soy así
soy peor
(dos)
son importantes las puertas de emergencia
en un incendio
en un cuarto
en este pequeño sistema solar
no sé en qué momento mi corazón dejó de sonar como uno,
desde hace mucho tiempo solo escucho una puerta cerrándose
mi corazón quiere encerrarlos:
todavía no termina la función
y golpeamos como caballos en una de
esas tocadas
donde lo más oscurito de la ciudad
se besa y vomita
donde todos están tan aburridos
y se juega a la ruleta rusa
con cinco balas en el tambor
mi corazón todavía late, sobre todas las cosas
(cinco)
paso el tiempo jugando con el control remoto de la tv
para detenerme siempre en el canal donde pasan soft-core por las madrugadas
y he tratado de retorceme un poco
para sentirme más que muerta o menos sola,
pero es inútil:
incluso si en este poema estuviesen presentes cada una de las personas que no duermen
los viernes para sentarse al menos
diez minutos en el sofá de padre y ver porno blandito de bajo presupuesto en cinemax
para darle un poco de amor a la entrepierna,
nadie levantaría su mano para decirle a la clase cuándo se le fue la inocencia realmente
¿verdad?
porque el inferno no es una metáfora
el infierno no es esta vida que arde bajo nuestros calzones
y probablemente toda la teórica
que reunimos en nuestros vientres nunca será exacta
el infierno es un estudio de las costumbres
y los tiempos
y el porno
es así como nunca podremos saber más de él:
gritamos su nombre en nuestros sueños
y el silencio no es una opción
pasan los días y todas las películas van siendo lo mismo,
hay cosas que caerán irremediablemente sobre mí
cuando esté vencida
cuando deje de ser jovencita
y se me resequen los ojos
y me aleje
de los hombres interesantísimos tocando guitarra que
hablan efusivamente de Lou Reed o Ezra Pound
como si fueran las últimas cucarachas modernas en calle capón
cuando se acaben
las drogas que tanto me gusta esconder
en el cajón donde van las medias
las drogas que están en mi mochila,
y tú pensando
que son libros de historia
libros de biología
lapiceros de tinta altamente tóxica color neón
todo lo aprendí al pie de la letra:
el día de hoy no existe el silencio
hay puertas de emergencia que no se abrirán de nuevo
cuando me aleje
de todas las drogas que buscamos en la carne ampollada de nuestras uñas
necesito hacer una antología mundial con las navajas que cortan
esta lengua tan sucia
(de “pantone 707”)
Valeria Román Marroquín (Perú, 1999) Todavía paga pasaje escolar y usa uniforme. Estudia en un colegio de monjitas. Pasa sus días trabajando en un poemario inédito que espera se publique. Ha colaborado con las revistas Mutantres y Caleidoscopio, y blogs como Transtierros, 10avenida, Estabanlocos, entre otros. Es capricornio y cree en Jim Morrison.
Colaboración: Aurelio Macó