viernes, 4 de febrero de 2011

De Tomas Segovia

EL BLOG DE TOMÁS
RASTREOS POR MIS LINDES

Tercer rastreo

Estaba yo otra vez
Enamorándome del mudo
De la radiante ingenuidad
Con que sigue fiándose de un luminoso origen
Con que sigue fluyendo
Sin mirar nunca atrás a ver si está su fuente
Tan seguro sin pruebas y sin dudas
De que viene con él

Estaba yo otra vez enamorándome
Y sin saber aún si alargar una mano
Para aferrarme duro a las palabras
Y alzar el vuelo levantado
Por sus densos racimos aerostáticos

Porque tampoco yo me quedo inmóvil
También yo avanzo por el tiempo
Sin mirar mucho atrás
Sin querer muchas veces preguntarme
Cuando caigo de bruces
En el charco de luz de la belleza
Si vengo ya de las palabras
O si vienen acaso ellas conmigo
Si no he podido nunca amar nada en silencio

Porque qué pasa si me pongo a ello
Si siento que me ahogo
Con toda esta abundancia inescapable
Si no puedo evitar la urgencia
De decirle a la dicha unas palabras
Y no puedo encontrar esas palabras
No hay palabras no hay más que balbuceos

O bien qué pasa si hay palabras
Pero yo sólo sé enredarme en ellas
Caer en el lenguaje
Como quien cae en una trampa
De la que nadie ha visto nunca el borde
Qué pasa si la lengua
No me deja salir a la intemperie
Pasear por los páramos
Emborracharme de mudez y noche
No soltar prenda en el delirio
Pero también callarme en el clamor del sol
Tragarme todas mis palabras
Viendo que el día espléndido supera
Todas mis previsiones
Qué pasa si mi idioma me secuestra
Me encierra en una lisa mazmorra sin ventanas
Me engaña proyectando en las paredes
Sus vistosas imágenes sin peso
Qué pasa entonces ¿es que puedo entonces
Tener entre mis brazos la verdad?

Porque estar otra vez
Enamorándome del mundo
Es volver a empezar desde el comienzo
Es volver al instante
En el que nada aún ha sido dicho
Es no saber de nuevo nada

Estaba yo otra vez mirando la belleza
En todo su poder clemente
En la gran seriedad de su dulzura
En toda su riqueza desarmada
Y me iba desnudando enamorado
De todas mis palabras
Porque el amor borra en su torno
Porque el enamorado
Ha de dejarlo todo
Porque no ha de ser él
Sino el amor quien nombre
Y si volando ya
Sobrevolaba asido a las palabras
Esa indolencia emocionante que en el mundo
Hace las veces de una entrega
Era por remontarme hacia ese nombre
Que nunca consta en mis palabras
Y darle lo que pida con tal de persuadirle
De que pacte con ellas
Darle si me lo pide
Mi fe en una inocencia imprescriptible
Mi olvido de las metas y las cuotas
Mi renuncia a juzgar
Mi aceptación de no arrebatar nunca
una victoria
Mi abandono del hábito de tener la razón
Mi gran necesidad de que un encuentro
Me deje siempre algo entre las manos

Para que a cambio de eso mis palabras
Si he de poder al fin amar algo en silencio
No tengan que morir pudriéndose
En la noche violenta de la afasia
Y pueda yo embarcado en ellas
Surcar sin violencia y sin mentira
El frío manantial de la belleza
Confiando en silencio mientras hablo
Sin mirar mucho atrás
En que ellas traen su fuente bogando en su corriente
Que no tiene otro nombre la belleza
Sino el que yerran todas mis palabras
Y que en ese fracaso se levanta
Como su sombra inalcanzable
Que es a la vez su sombra inseparable

Nadie puede pisar su propia sombra
Pero tampoco puede deshacerse del pacto
Que la hace suya
Y si puedo así al fin
Andar enamorado por el mundo
Sin dar pie a la borrasca ni marchar entre espectros
Amar algo en silencio sin coserme los labios
Es porque puedo al fin hablarle a la belleza
Sabiendo que su nombre será sólo en la sombra
Como quedará dicho.

Mayo 2010


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